lunes, 5 de febrero de 2018

Tengo un sueño

Los sueños son el principio de la realidad. Este es un proverbio de Fernando Rielo que tiene plena vigencia en todo tiempo y circunstancia: difícilmente conseguiremos lo que no hayamos pensado, soñado, ideado, con anterioridad.

He recordado esta frase al evocar el célebre discurso de Martin Luther King en agosto de 1963 en Washington reivindicando los derechos civiles de la comunidad negra en los Estados Unidos, I Have a Dream.

Lo que era un sueño en ese momento se convirtió después en una gran realidad. Por eso me parece importante recordar esta idea para seguir siempre luchando en pos de nuestros sueños.

Aquí va este bonito y sencillo poema Tengo un sueño, I Have a Dream.

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Tengo un sueño


Tengo un sueño,
un solo sueño:
seguir soñando.

Soñar con la libertad,
soñar con la justicia,
soñar con la igualdad,
¡y ojalá ya no tuviera
necesidad de soñarlas!

Soñar a mis hijos
grandes sanos felices
volando con sus alas
sin olvidar nunca el nido.

Soñar con el amor,
con amar y ser amado,
dando todo sin medirlo
y recibiendo todo sin pedirlo.

Soñar con la paz en el mundo,
en mi país, en mi mismo,
y quién sabe
cuál es más difícil
de alcanzar.


Soñar que mis cabellos,
que ralean y se blanquean,
no impiden que mi mente
y mi corazón sigan jóvenes
y se animen a la aventura,
sigan niños
y conserven la capacidad
de jugar.


Soñar que tendré la fuerza,
la voluntad y el coraje
para ayudar
a concretar mis sueños
en lugar de pedir por milagros
que no merecería.

Soñar que, cuando llegue al final,
podré decir que viví soñando
y que mi vida
fue un sueño soñado
en una larga
y plácida noche
de la eternidad.


La Historia de la Semana

miércoles, 31 de enero de 2018

Caravansary

Dentro de la sección de música relajante incluyo esta semana un tema de un autor japonés afincado en Estados unidos no muy conocido: Kitaro, compositor autodidacta que se inspira en la naturaleza para sus piezas musicales.

La composición que he seleccionado lleva por título Caravansary, de su album Silk Road IV, publicado en el 1983, y está  inspirada en la famosa ruta de la seda.

En esta pieza se establece un diálogo entre el teclado y el violín que resulta muy agradable al oído. Entre los videos que tienen este tema comparto dos. Uno de una actuación en directo y otro con imágenes de astronomía en una versión un poco más larga.

Aquí va el primero en directo:




Y el segundo con las imágenes de astronomía:


sábado, 27 de enero de 2018

Sabía silbar


Una de las actitudes más importantes para mí en la vida social es estar atento a lo positivo antes que a lo negativo.

Seguramente lo primero que nos viene a la mente del comportamiento de los demás y lo que nos llama más la atención son los aspectos negativos que no encajan con nuestra forma de ver las situaciones.





Por eso como criterio de actuación hay que tener claro que es más importante lo que une que lo que separa, lo bello que lo feo, la verdad que la mentira,...

Y aunque parezca difícil, siempre es posible sacar algo positivo del comportamiento del otro.

La historia de esta semana, Sabía silbar, me parece muy ilustrativa de este tema, en la búsqueda de lo bueno que tienen los demás para resaltarlo y servir de punto de unión con las personas que nos rodean.


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Sabía silbar

 Dicen que en un pueblo pequeño vivía una viejecita muy agradable. Con la sabiduría que dan los años, sus comentarios de todo el mundo eran siempre positivos .

Un día murió un hombre, conocido por todos, que parecía reunir todas las miserias, defectos y desgracias: era un vago, un ladrón, un borracho pendenciero y había abandonado a su mujer y a sus hijos pequeños … ¡vamos! una verdadera calamidad, un auténtico estorbo para la comunidad.


 
La noche de su muerte, en el velatorio, llegó la viejecita a la sala donde se rezaba por el difunto. Todos se miraban y se decían para sí: “Seguro que de éste no dice nada bueno”.

La viejecita estuvo un momento callada. Estaba claro. Parecía que, efectivamente, no tenía nada que decir.

Pero mientras todos pensaban esto, al fin, habló:


“Sabía silbar …. la verdad es que daba gusto oirle cuando pasaba por debajo de mi ventana todas las mañanas. Lo echaré de menos”.



La Historia de la Semana