lunes, 1 de mayo de 2017

Rain Dance

Todos los que han visto la película de El Rey León recordarán la escena que viene más abajo y sobre todo la música que la acompaña, que es el tema elegido para esta semana.

Se trata de la canción Rain Dance, La danza de la lluvia, del grupo Adiemus, extraída de su álbum Danzas del Tiempo editado en 1998.

El impulsor de este grupo fue el galés Karl Jenkins, y presenta la peculiaridad de que las canciones no tienen letra reconocible, sino que son sonidos inventados por el compositor, inspirado en las lenguas africanas. Pero de una manera que no distrae la atención y logra una sonoridad muy conseguida.

Hace tiempo ya apareció por estas páginas otro tema suyo también muy sugerente y agradable de oir.

El primer video contiene escenas de la vida africana; y el segundo, un pasaje de la película El Rey León. Espero que os guste.

 Con fotos de Africa:


La escena del film El Rey León:


La Historia de la Semana

viernes, 28 de abril de 2017

Solicitud de empleo

Creo que nunca se reconocerá en su justa medida la gran tarea que realizan las madres.

Basta mirar un poco para ver que son el pilar de muchas familias, llevando adelante todas las tareas domésticas y dejándose la vida en ello.

Hoy comparto este simpático texto en el que se pone de relieve todas las cosas que hace una madre, ¡y seguro que faltan algunas!

Desde estas páginas vaya nuestra felicitación a todas esas madres que con su trabajo y tesón mantienen unidas a las familias y entregan día a día su vida con una generosidad admirable y pocas veces recompensada.

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Solicitud de empleo

Se solicita MADRE DE FAMILIA.

Para el puesto se requiere que la solicitante realice y coordine las siguientes funciones: acompañante, consejera, direc­tora, administradora, agente de compras, maestra, enfermera, cocinera, decoradora, chófer, supervisora del cuidado de los niños, trabajadora social, psicóloga y organizadora de eventos.

REQUISITOS: La solicitante debe tener una automotivación ilimitada y el más fuerte sentido de responsabilidad si quiere tener éxito en este trabajo. Debe ser independiente y con iniciativa, capaz de trabajar aisladamente y sin supervisión. Ser eficiente en el manejo de personas de todas las edades y apta para trabajar en condiciones de estrés durante largos periodos, si fuera nece­sario. 

También debe contar con la flexibilidad suficiente para hacer un gran número de tareas conflictivas al mismo tiempo, sin cansarse y con la adaptabilidad para manejarse sin problemas en los distintos cambios del desarrollo de la vida del grupo, incluyendo emergencias y crisis serias. 

Debe ser capaz de comunicarse acerca de un sin número de asuntos con gente de todo tipo, incluyendo: burócratas, maestros de escuela, médicos, dentistas, trabajadores, comerciantes, adolescentes y niños. 

Ser competente en los oficios arriba mencionados, sana, creativa y extrovertida, para alentar y ayudar al desarrollo físico y emocional de los miembros del grupo. Tener imaginación, sensibilidad, calor, amor y comprensión, ya que será responsable del bienestar mental y emocional del grupo mencionado. 

HORAS DE TRABAJO: Todo el tiempo en que permanezca despierta, así como turnos de veinticuatro horas cuando sea necesario.

REMUNERACIÓN: Ningún salario o sueldo. El gasto será negociado de vez en cuando. Se le puede requerir a la solicitante que consiga un segundo trabajo además del que se anuncia ahora, para ayudar al sostenimiento del grupo. 


La Historia de la Semana

domingo, 23 de abril de 2017

El circo

Solía decir Santa Teresa de Calcuta que el bien no hace ruido y el ruido no hace bien.

Aunque vemos a nuestro alrededor muchas acciones malas, sigo creyendo que la tendencia al bien del ser humano es algo intrínseco en su espíritu, si bien por circunstancias varias a veces actúa de forma incorrecta.

La historia de esta semana, que lleva por título El circo, no sólo habla de hacer el bien, sino además hacerlo de la mejor forma posible: sin que el beneficiario se dé cuenta. De ahí la cita que ponía al inicio de la Madre Teresa.

Ésta suele ser la parte más difícil, pues se basa en una gran humildad personal y confianza en la Providencia. Por eso viene bien recordarlo como en esta ocasión.

Aquí va a continuación y espero que os guste. Hay también una versión inglesa en este enlace.

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​El circo
 
Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo cola para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros. Esta familia me impresionó mucho. Eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. 


Se veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la cola, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con excitación de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo. Prometía ser un hecho sobresaliente en su vida.

El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: Eres mi caballero de brillante armadura. Él sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: Tienes razón.


La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. Él respondió con orgullo: Por favor, deme ocho entradas para menores y dos de adultos, para poder traer a mi familia al circo. La empleada le indico el precio.

La mujer soltó la mano de su marido, ladeo su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este se acerco un poco más y preguntó: ¿Cuánto dijo? 


La empleada volvió a repetirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?

Viendo lo que pasaba, mi papá puso la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo. 


Nosotros no éramos ricos en absoluto. Mi padre se agacho, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo".

El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incómoda.


Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí.


La Historia de la Semana