sábado, 11 de febrero de 2017

No me responde...

A veces nos asalta una pregunta que nos interpela profundamente y nos deja meditativos: ¿realmente Dios escucha mi oración?

Hay momentos de la vida interior que no sabemos responder a esta pregunta y nos deja sumidos en una purificación espiritual. Pero al final caemos en la cuenta de que  Dios, como buen Padre que es, no se aleja de nosotros sino que está siempre presente a nuestro lado, aunque no seamos capaces de apreciarlo.

La historia de la esta semana, titulada No me responde..., nos adentra en este misterio de la mano de un joven monje...
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No me responde...

Un joven monje muy cumplidor de sus obligaciones dedicaba todos los días un rato a la oración. Entraba en la iglesia con gran devoción, hacía la genuflexión, se sentaba en un banco, miraba al crucifijo del altar mayor y se quedaba ensimismado. 

Así un día tras otro. Pero el joven monje no se sentía satisfecho. Se decía a sí mismo que Dios lo había abandonado, ya que no respondía a su petición de hacer de él un hombre santo.

Entristecido por el silencio de Dios, el joven monje decidió acudir al maestro y contarle su preocupación. 

El maestro miró con ternura al joven y, después de una larga conversación, le aconsejó que siguiera haciendo oración.

Con el paso del tiempo, el joven monje descubrió una gran verdad: 


Dios sí respondía; era él quien no escuchaba: tan lleno estaba su corazón de cosas y de ruidos su alma.


La Historia de la Semana

lunes, 30 de enero de 2017

El monje equivocado

La animación que comparto esta semana me ha encantado porque tiene muchas ideas para reflexionar.

Se titula originalmente The Misguided Monk, algo así como El monje mal orientado o mal aconsejado, aunque me ha parecido mejor la que da título a la entrada de El monje equivocado.

El protagonista es un monje que vive aislado y que cuando está haciendo sus habituales ejercicios es interrumpido por un perrito, lo cual le causa una gran frustración. ¿Qué hace para evitarlo...?

Es una historia muy bonita sobre la amistad, la compañía y el saber salir de uno mismo para valorar a los demás, y de paso recordarnos que siempre hay que dar una segunda oportunidad.

Y nosotros, ¿qué hacemos cuando nos interrumpen...? 




La Historia de la Semana


jueves, 22 de diciembre de 2016

El Príncipe Feliz

Comparto esta semana un precioso cuento de Oscar Wilde titulado El Príncipe feliz, un cuento clásico para resaltar el amor y la generosidad de las personas, y muy apropiado para la Navidad.

En estos tiempos donde prima el individualismo y casi todas las personas van a lo suyo, sin tener en cuenta a los demás, los protagonistas de esta historia (la estatua del príncipe y una golondrina) nos dan una lección de amor y generosidad hasta el fin.



En todo momento tienen presente las necesidades de las personas que están en apuros y lo ponen por delante de sus propios gustos. 
 
El cuento original es un poco largo, y aquí va un resmen elaborado por un amigo.

Además he encontrado una versión en animación del cuento completo para niños, que va al final de todo. ¡Espero que os guste!
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El Príncipe Feliz 

 Era una vez un Príncipe que amaba mucho a su país, pero desgraciadamente murió a los 33 años. El Rey, su padre, estaba muy triste y levantó una estatua de su hijo en la plaza principal de la ciudad.

La estatua estaba cubierta de hojas de oro puro y piedras preciosas. Un día, una pequeña golondrina migratoria que se había quedado retrasada de su bandada, se refugió en la estatua. 


Cuando estaba a punto de dormirse, le cayeron unas gotas de agua. Al mirar hacia arriba, se dio cuenta que eran lágrimas del Príncipe.

- ¿Por qué lloras?-, le preguntó la pequeña golondrina.

- Lloro porque hay mucha gente que sufre y vive en la miseria. ¿Podrías quedarte conmigo por un día y ser mi mensajera para toda esa gente necesitada?


La golondrina, que estaba desesperada por reunirse con su bandada, aceptó a regañadientes. Entonces, el Príncipe le dijo:

- Cuando se levante el sol, arráncame una de mis joyas y llévasela a la madre que está cuidando a su hijo enfermo y moribundo; es demasiado pobre para llevarlo al médico.


   
La madre, que recibió el regalo sorpresa, inmediatamente llevó a su hijo al médico.

Entonces el Príncipe convenció a la golondrina para que se quedara unos días más... de manera que cada día la golondrina le arrancaba algunas joyas y láminas de oro para ayudar a las personas necesitadas ... ¡la golondrina permitió que el Príncipe le persuadiera para ayudarle a llegar a todos las personas necesitadas! 

Así, día tras día, la golondrina consumió todas sus energías, hasta que fue hallada muerta a los pies de la estatua del Príncipe, quien ya había sido despojado de toda su riqueza.  

- Tráiganme las dos cosas más hermosas de la ciudad, dijo Dios a uno de su Ángeles

Y el Ángel le trajo el corazón de plomo de la estatua y el pájaro muerto.

- Has elegido bien, dijo Dios, porque en el jardín de mi Paraíso ese pajarito cantará por siempre y en mi ciudad dorada el Príncipe Feliz me alabará.


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Y en video en la versión extendida:

 

La Historia de la Semana