jueves, 31 de enero de 2013

Sobre educación

Para los que llevamos trabajando muchos años en el mundillo educativo español, las sorpresas innovativas con las que se van a resolver todos los problemas de la educación son el pan nuestro de cada día.

Pero al final nunca se toca lo realmente importante:  los valores que una buena educación tiene que inculcar en el niño y en el joven para su plena y correcta integración en la sociedad, y el ejemplo  que debemos dar los mayores en este empeño. 

Pues como dijo el clásico y es una gran verdad: Se enseña con lo que se dice, más con lo que se hace, pero mucho más con lo que se es.

Me han enviado unas viñetas de la web e-faro que reflejan estos pensamientos y que tiene cosas muy buenas para compartir. 

Están dichas con un toque de humor, siempre necesario en estos tiempos, pero tienen una gran carga de profundidad para hacernos pensar un poco. Y completa esta otra entrada que también hace pensar...

Espero que os gusten y nos ayuden a aportar nuestro granito de arena en pos de una buena educación para nuestros niños y jóvenes.

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Sobre lo que quieren los jóvenes...






¿La tecnología resuelve todo?...











¿Qué regalos precisan de verdad nuestros niños?...




¿Dedicamos tiempo a nuestros jóvenes cuando nos necesitan?...











Y es que siempre encontramos excusas para no jugar...






¿Qué valores inculcamos a los niños...?






jueves, 24 de enero de 2013

El hombre orquesta

Me han enviado este corto de animación de la factoría Pixar titulado El hombre orquesta (en inglés One Man Band) que me parece oportuno compartir. Es del año 2005 y aporta buenos recursos para un trabajo de aula.

El argumento es bien sencillo: el artista habitual de la plaza del pueblo se ve sorprendido por uno nuevo que quiere superarlo. Y ambos compiten para ver quién se lleva la moneda de la niña que los contempla.

Si tuviera que sacar una moraleja de este cortometraje, yo me apuntaría a que las rivalidades llevadas al extremo nunca son buenas. Hay que trabajar para destacar en nuestro campo pero no para hundir a la competencia.

Cuando se trabaja en equipo se pueden hacer muchas más cosas que individualmente, y además es mucho más bonito y divertido hacer juntos lo que haya que hacer.

Y sin más aquí va El hombre orquesta.

La Historia de la Semana

martes, 22 de enero de 2013

¿Cómo está tu corazón?

De vez en cuando conviene hacerse un chequeo médico, y en particular mirarse bien el corazón.

Pero no solamente el corazón físico, sino también el corazón espiritual, ese que es invisible a los ojos y que nos dicta el camino a seguir en nuestra vida.

El texto de esta semana, cuyo autor es José María Escudero, se titula precisamente ¿Cómo está tu corazón?, y es una invitación a reflexionar un poco sobre las actitudes que tomamos frente a las situaciones que nos van ocurriendo en la vida cotidiana.

Hay muchas clases de corazón, pero el más importante es el que nos ayuda a crecer y desarrollar todo lo más valioso que llevamos dentro.

Así que ¡adelante y a chequear nuestro corazón!

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¿Cómo está tu corazón? 

Amigo, te invito a hacerte una radiografía del corazón… 

No, no te preocupes: no requiere una preparación especial ni necesita la ayuda de un especialista para supervisar e interpretar los resultados. 

En cada una de las placas identificarás rápidamente los tesoros, las riquezas que contiene en su interior. 

Eso sí, debes abrir con total sinceridad tu corazón… ¿Preparado? ¡Pues adelante! 

Corazón–caja bancaria: Su mejor riqueza consiste en aumentar sus bolsillos a costa de los demás. Simplemente se aprovecha de los talentos que tus hermanos (para ti, clientes) te ingresan, eso sí, cobrando los respectivos intereses... 

Corazón–ring de boxeo: Su patrimonio es su fuerza, no mental o emocional, sino física. Eres de los que solucionan sus problemas soltando el puño…, el puño sobre la mesa o, si llega la ocasión, sobre la persona que tienes enfrente... 

Corazón–agenda: Todo programado. Consultar la agenda es el mayor seguro de tu vida. Podríamos decir que es tu becerro de oro, tu bien más preciado. Para poder llegar a ti, sólo hay un camino: pasar por la agenda, evidentemente, previa cita... 

Corazón–envoltorio: La gente que se te acerca queda impresionada. Sin embargo tienes que andar con cien ojos, no sea que alguien “se pase de la línea” y ose entrar en tu interior… ¡Que se conformen con el escaparate! 

Corazón–estanque: Al igual que en una presa, en la que el agua no corre, tus sentimientos tampoco. Tu máximo caudal es siempre el mismo: tu pasado. Tus inversores siempre son los mismos: los mismos amigos, las mismas experiencias y lo que es peor, los mismos rencores que llevan años flotando en tu vida... 

Corazón–mando a distancia: Manejas tus bienes a tu antojo. Si algo o alguien te gusta, puedes pasar horas y horas extasiado contemplándole, pero si algo o alguien no es de tu gusto, cambias de canal y a otra cosa... 

Corazón–invernadero: Tu mayor tesoro lo tienes señalado en rojo: las vacaciones, las fiestas, los fines de semana, los días que no toca trabajar o estudiar… Entonces sí, en esos días el corazón se reviste de alegría y buen rollo. ¿El resto de ocasiones? ¡A invernar y que pase cuanto antes! 

Corazón–ventanilla: Es una fortuna tener un corazón que abra y cierre a tu antojo, en el que nadie pueda colarse sin antes comprobar su procedencia, su nómina, su trabajo…, hasta, si se desea, su árbol genealógico. Y si algo no funciona o no interesa, se le manda a otra ventanilla y asunto solucionado... 

Corazón–museo: Tantos bienes, tantas riquezas, lo merecían, ¿verdad? Ahora tu gente puede contemplar (entrada incluida) tus licenciaturas, tus premios, tus condecoraciones, tu chalet en la playa o tu cochazo aparcado a la puerta… Eso sí, sin tocar y sin llevarse nada. 

Corazón–bienaventurado: Un tipo de corazón totalmente diferente al resto, un corazón cuyos bienes más preciados son la pobreza, la humildad, la misericordia, la paz, la voluntad de Dios. Un corazón en el que los máximos inversores son tus hermanos (los más pobres, los que menos tienen) y tu mejor accionista… ¡el mismísimo Dios!  

Para más información puedes visitar Mt 5,1-12. 


La Historia de la Semana