miércoles, 30 de diciembre de 2009

Fold your hands and pray

Hace unos meses escuché la canción Fold your hands and pray de la cantante alemana Isgaard y reconozco que me enganchó totalmente.
De forma casual la encontré en Youtube y no he podido resistir el incluirla en el blog para deleite y disfrute general. Aunque reconozco que tengo gustos raros y peculiares y no sé si los compartiréis: ¡es de los videos menos vistos en la red!
Y por esas maravillosas casualidades providenciales de la vida resulta que la letra también comparte el sentir de este blog. Así que la incluyo al final en inglés y en español, para los que quieran practicar idiomas. Quiero dar las gracias más efusivas a Antonio Vicente, alias TNT, que se ofreció a traducirla a pesar de la dificultad de la letra de la canción, ya que mezcla inglés con latín y con algo indescifrable.
Con todos ustedes Fold your hands and pray, de Isgaard, esperando que sean benévolos con un servidor!
 


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Fold your hands and pray

Cura jarruschta
Maria nai satira
Schsch da ija

(chorus)

Fold your hands and pray
My heart belongs to you, you are my way

Doce me domine
Vitam amare
Doce me domine

(chorus)

Fold your hands and pray
My heart belongs to you, you are my way
Fold your hands and pray
My heart belongs to you, you are my way

(recitative)

You are a child of the universe,
No less than the trees and the stars;
You have a right to be here.
Therefore be at peace with god,
Whatever you conceive him to be,
And whatever your labours and aspirations,
In the noisy confusion of life,
Keep peace with your soul.

Cura jarruschta
Maria nai satira
Schsch da ija

(chorus)

Fold your hands and pray
My heart belongs to you, you are my way
Fold your hands and pray
My heart belongs to you, you are my way

Doce me domine
Vitam amare
Doce me domine

(chorus)
Fold your hands and pray

Cura jarruschta
Maria nai satira
Schsch da ija
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Une tus manos y ora

Cura jarruschta
Maria nai satira
Schsch da ija

(estribillo)

Une tus manos y ora
Mi corazón te pertenece, tú eres mi camino.

Enséñame, Señor
a amar la vida.
Enséñame, Señor.

(estribillo)

Une tus manos y ora
Mi corazón te pertenece, tú eres mi camino.
Une tus manos y ora
Mi corazón te pertenece, tú eres mi camino.

(recitado)

Eres un hijo del universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.
Por tanto estáte en paz con Dios,
como quiera que lo concibas,
y cualesquiera que sean tus tareas y aspiraciones,
en la ruidosa confusión de la vida,
estáte en paz con tu alma.

(estribillo)

Une tus manos y ora
Mi corazón te pertenece, tú eres mi camino.
Une tus manos y ora
Mi corazón te pertenece, tú eres mi camino.

Enséñame, Señor
a amar la vida.
Enséñame, Señor.

(estribillo)

Une tus manos y ora

viernes, 25 de diciembre de 2009

La cena de Navidad

Es difícil encontrar un buen cuento de Navidad que recoja el sentido pleno de las fiestas que celebramos en estos días. 


Entre todos los que me han enviado he elegido éste por una sencilla razón: me recuerda que el Niño Jesús está vivo y presente en los corazones de todas las personas que están a mi lado, tanto conocidas como desconocidas, y especialmente en los niños y jóvenes con los que estamos trabajando en nuestra hermosa y apasionante tarea educativa.


Os dejo con La cena de Navidad.



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La cena de Navidad
 

Era la esperada noche de Navidad.

Un ángel muy hermoso se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:


- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa.

La señora quedó entusiasmada: ¡nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro! Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas, vinos importados y todo lo mejor que se le ocurrió.

De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme? Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.

- ¿Pero ésta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.



- Señora, mi camión se ha parado aquí en la esquina. ¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

- ¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así? Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies manchados.

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos aperitivos,...



Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada, y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle.

- Señora, déme un plato de comida.



- ¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado?

Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.

Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no aparecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los aperitivos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados.

A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró con gran espanto frente al mismo ángel.

- ¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?



- No fui yo quien mentí. Fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo ángel. Jesús
estuvo aquí tres veces: en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento. Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

Y con una mirada de misericordia y amor, desapareció de su vista.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Abecedario para la Navidad

El tiempo de Navidad es propicio para recordarnos las buenas intenciones y sentimientos que todos llevan -llevamos- en el interior del corazón.

Aquí va una propuesta en forma de abecedario para refrescar unos cuantos valores (¡exactamente 25!) que son importantes para el ámbito educativo y para el desarrollo personal.


¡Y a disfrutar de estos días de fiesta!


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ABECEDARIO PARA LA NAVIDAD

Agradecer a Dios el habernos regalado las personas con las que convivimos.

Buscar el bien común por encima de los intereses personales. 

Corregir con esmero a aquel que se equivoca.

Dar lo mejor de uno mismo, poniéndose siempre al servicio de los otros.

Estimar a los otros sabiendo reconocer sus capacidades.

Facilitar las cosas dando soluciones y no creando más problemas.

Ganar la confianza de los otros compartiendo con ellos sus preocupaciones.

Heredar la capacidad de aquéllos que saben ser sinceros con valentía y respeto.

Interceder por los otros ante Dios, antes de hablarle de nuestras cosas.

Juzgar a los otros por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que aparentan.

Limitar las ansias personales frente a las necesidades del grupo.

LLenarse con lo mejor que uno encuentra en el camino de la vida.

Mediar entre los compañeros que no se entienden.

Necesitar de los otros sin ningún prejuicio.

Olvidar el miedo al qué dirán dependiendo de la opinión de los demás.

Preocuparse por los más débiles o más necesitados.

Querer siempre el bien de las personas.

Respetar las opiniones de los demás, los derechos de las personas y de los animales.

Salir al encuentro del otro, no esperando que él dé el primer paso.

Tolerar los defectos y límites propios y ajenos con sentido del humor.

Unirnos todos para vivir en paz y armonía.

Valorarse con realismo sin creerse superior a los demás.

X es una incógnita que invita a la búsqueda constante de la verdad con mayúscula.

Yuxtaponer ilusiones y esperanzas, trabajos y esfuerzos por crear fraternidad.

Zambullirse sin miedo en el nuevo día que Dios regala cada mañana.