sábado, 27 de junio de 2009

El amigo leal

Esta semana está llena de acontecimientos con la celebración de las bodas de oro de nuestro Instituto. Y nada mejor que un cuento sobre la amistad para recordar los lazos que nos unen a todos.


La auténtica y verdadera amistad es difícil de encontrar, pero cuando se alcanza da una riqueza y confianza enorme. De esto trata el cuento de esta semana.

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El amigo leal


Un insurrecto había sido condenado a morir en la horca. El hombre tenía a su madre viviendo en una lejana localidad y no quería dejar de despedirse de ella por este motivo. Hizo al rey la petición de que le permitiese partir unos días para visitar a su madre. El monarca sólo puso una condición: que un rehén ocupase su lugar mientras permanecía ausente y que, en el supuesto de que no regresase, fuera ejecutado por él.

El insurrecto recurrió a su mejor amigo y le pidió que ocupase su puesto. El rey dio un plazo de siete días para que el rehén fuera ejecutado si en ese tiempo no regresaba el condenado.


Pasaron los días. El sexto día se levantó el patíbulo y se anunció la ejecución del rehén para la mañana del día siguiente. El rey preguntó por su estado de ánimo a los carceleros, y éstos respondieron:

-¡Oh, majestad! Está verdaderamente tranquilo. Ni por un momento ha dudado de que su amigo volverá.

El rey sonrió con escepticismo.

Llegó la noche del sexto día. La tranquilidad y la confianza del rehén resultaban asombrosas. De madrugada, el monarca indagó sobre el rehén y el jefe de la prisión dijo:

-Ha cenado opíparamente, ha cantado y está extraordinariamente sereno. No duda de que su amigo volverá.

-¡Pobre infeliz! -exclamó el monarca.

Llegó la hora prevista para la ejecución. Había comenzado a amanecer. El rehén fue conducido hasta el patíbulo. Estaba relajado y sonriente.

El monarca se extrañó al comprobar la firmeza anímica del rehén. El verdugo le colocó la cuerda al cuello, pero él seguía sonriente y sereno.

Justo cuando el rey iba a dar la orden para la ejecución, se escucharon los cascos de un caballo. El insurrecto había regresado justo a tiempo.

El rey, emocionado, concedió la libertad a ambos hombres.

domingo, 21 de junio de 2009

De alumnos, profes y exámenes

A estas alturas de curso es ya casi seguro que se habrán terminado los exámenes y llega la hora de los resultados... ¡¡Esperemos que sean excelentes para disfrutar de las vacaciones!


Para celebrarlo y sonreir un poco aquí van unas cuantas ideas sobre alumnos, profes y exámenes. ¡Que lo disfrutéis!


PD.: Entre el 24 y el 30 de este mes estaré en La Cabrera (en este sitio: http://www.arte-romanico.com/autonomias/lacabrera.htm , impresionante ¿no?). Todos los que no estén en Roma ni tengan otros compromisos en esas fechas, están invitados a pasar por allí para conocerlo en vivo. Está a 60 Km. de Madrid por la carretera de Burgos. ¿Alguien se anima?


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DE ALUMNOS, PROFES Y EXÁMENES


Frases de los alumnos que delatan que algo no irá bien con el exámen:


1.- ¿Pero el examen no era mañana???


2.- ¿Qué hace todo el mundo repasando integrales si lo de hoy va del renacimiento italiano?


3.- ¿Por qué tú tienes 163 folios de apuntes y yo sólo tengo 11?


4.- Espera... He contestado tres preguntas de seis, pero aquí pone que ésas puntúan la mitad que las otras.


5.- Así que Canaletto no es defensa del Real Madrid...


6.- Oye, ¿Qué es eso de que las prácticas a las que falté también hacen media con el examen de hoy?



Frases de los profesores que delatan que algo no irá bien con tu exámen:


1.- Nada de calculadoras. Esas raíces cúbicas se pueden hacer a ojo perfectamente.


2.- Sin preguntas. Ya hicimos un problema igualito en clase... Creo.


3.- Responded en naranja a las preguntas impares, y verde las pares. Vuestros datos en fucsia. Si no, no se corrige.


4.- ¿Os acordáis de ese tema que dije que CASI seguro que no entraba?


5.- Para este examen podéis sacar si queréis los apuntes.


6.- Tendréis un descanso para cenar y otro para el desayuno.



Frases que confirman que, efectivamente, el exámen te ha salido fatal:


1.- ¿La lista está por orden de nota? Pues no me veo...


2.- Espera... ¡A todos os da mal la integral menos a mí!!!


3.- Un momento... ¿Se puntúa sobre 10 o sobre 5?


4.- Pero, ¿no había que marcar las respuestas que no eran correctas?


5.- ¿La pregunta 55 del folio 2? ¿¿Había folio 2??


6.- Andá... He hecho el exámen en la hoja sin sellar y me he llevado la sellada.



Frases que no es bueno oir durante una revisión de exámen:


1.- ¡Anda, si esta pregunta te la he puntuado dos veces!


2.- Le advierto que si reviso el examen, lo REVISO TODO...


3.- Sé que sólo ha fallado una pregunta, pero era la más importante de las 253.


4.- Se ha pasado de esquemática.


5.- Te suspendo por tu bien, porque creo que puedes dar más de sí, hijito... -Ya, (y en voz baja, será cab**n).


viernes, 19 de junio de 2009

Saber vivir la vida

¡¡Ya tenemos el verano encima y dentro de nada las esperadas vacaciones!! Seguramente este año con los efectos de la crisis haya que cambiar algunos hábitos por otros más económicos. Pero evidentemente esto no afecta a nuestra capacidad de vivir la vida con toda su intensidad y aprovechar los momentos para potenciar las relaciones humanas con tantos amigos y conocidos que todos tenemos.


En la historia de esta semana la protagonista es una mujer que realmente sabe vivir con plenitud todo instante por pobre que nos parezca. Espero que os guste.


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SABER VIVIR LA VIDA


Una mujer muy sabia se despertó una mañana, se miró al espejo, y notó que tenía solamente tres cabellos en su cabeza.


'Hmmm', pensó, 'Creo que hoy me voy a hacer una trenza'.


Así lo hizo y paso un día maravilloso.


El siguiente día se despertó, se miró al espejo y vio que tenía solamente dos cabellos en su cabeza.


'Hmmm', dijo, 'Creo que hoy me peinaré con la raya en medio'


Así lo hizo y paso un día grandioso.


El siguiente día cuando despertó, se miró al espejo y notó que solamente le quedaba un cabello en su cabeza.


'Bueno', se dijo, 'ahora me voy a hacer una cola de caballo.'


Así lo hizo, y tuvo un día muy, muy divertido.


A la mañana siguiente cuando despertó, corrió al espejo y enseguida notó que no le quedaba un solo cabello en la cabeza.


'¡Qué bien!', exclamó, '¡Hoy no voy a tener que peinarme!'


Y recordó algo que había oído hace tiempo: que la vida no es esperar a que la tormenta pase ... , sino aprender a bailar bajo la lluvia.